lunes, 10 de febrero de 2014

Corre amb l'Apel·les y los Vigías

Aunque en Polinyà ya hice mi primera carrera como Running Vigía, esta podía considerarse mi debut oficial con el equipo: Corre amb l’Apel·les era mi primera prueba de la liga interna del club y además, aunque mi camiseta Vigía todavía está cocinándose, el presi Toni me consiguió una de alquiler para salir ya a defender los colores de la institución.

Aunque la carrera comenzaba a las 10am, poco después de las 9am ya estábamos en el instituto Apel·les recogiendo nuestros dorsales y la repleta bolsa del corredor. Ester se había animado a última hora a apuntarse y así estrenar sus nuevas zapatillas Adidas de montaña, aunque se tratase de una carrera por asfalto. También estaban mis cuñados Sonia y Marco, y junto a muchos más, formábamos la marea Vigía de más de 20 personas… creo que claramente el club con más representación en la carrera.

Tras la foto de familia, nos fuimos hacia la salida, donde cada uno se ubicó en las posiciones que creía más adecuadas a sus objetivos. Yo me puse con un pequeño grupito de Vigías en la parte central, aunque en principio iría solo y después de bastantes carreras me había puesto mi MP3 para que la música me acompañase.
 
Era la primera vez que participaba pero, aunque no conocía el recorrido, había estudiado la altimetría y era consciente de que no era para nada una carrera en llano sino más bien al contrario. Cada una de las dos vueltas tenía forma de U, con fuerte descenso en la primera parte y una subida contundente en la segunda. Y la altimetría no miente… Apenas unos metros después de la salida, giro a la derecha para callejear en suave descenso un par de manzanas y, de repente, una brutal pendiente en línea recta que ponía a prueba las rodillas solo comenzar. Como no podía ser de otra manera, a pesar de la multitud inicial y no salir demasiado acelerado, llegué al 1K en 4’ exactos.

En siguiente tramo transcurría por los caminos de tierra del parque de Can Boixeres, revirando continuamente por los diferentes senderos que a veces te hacían no saber muy bien cuál era el trazado correcto de la carrera. Aún y así, también era una parte rápida con la que llegué al 2K en 4’35” de parcial. A partir de aquí, tocaba recuperar el desnivel concedido. Justo cuando comenzaba el primer ascenso por un pequeño camino de tierra colindante al parque, Álex un compi de los Vigía llegó a mi altura, juntos superamos bastante bien este primer repecho, para llegar a un llano ya en asfalto donde estaba el hito del 3K. 5’09” de parcial, nada mal para lo superado! Pero poco tardamos en encontrarnos el siguiente obstáculo: otra subida, esta vez en asfalto, más larga que al anterior. La subimos a velocidad de crucero, pero yo solo pensaba en que tenía que dosificar bien para que en la segunda vuelta no me dejase KO. Así que llegamos al 4K con un parcial de 5’27” que reflejaba la exigencia del km.
En algunos giros podíamos ver los corredores que teníamos por delante y por detrás, con lo que involuntariamente tenías referencias de lo cerca o lejos que estaban los Vigías más cercanos. Supongo que por la novedad de competir en la Liga Interna del club, esto me motivaba a apretar para que por detrás no se acercasen demasiado… por delante los que había estaban a años luz de mi nivel con lo que tampoco había mucho que hacer.

Al llegar al avituallamiento y cruzar el 5K en 22’20” sabía que había forzado algo por encima de mi nivel, con lo que el primer tramo de bajada dosifiqué un poco para recuperar el aliento. Poco duró la calma porqué al volver a la gran rampa de bajada me tiré en picado alargando la zancada y volcando el cuerpo hacia adelante. Bajé muy rápido y superé a varios corredores que me sacaban 20-30 metros antes de la pendiente para completar el 6K en el punto más bajo en 4’11”.
A pesar de la aceleración, Álex volvió a enlazar rápidamente conmigo y entramos juntos en todo el tramo de virajes del parque. Poco después del 7K comenzó de nuevo el primer tramo de dura subida, me comencé a notar justito, pero me obligué a mí mismo no perder contacto con mi compi Vigía. Sufrí y aguanté, hasta el pequeño respiro que los llevaba al último repecho importante en el 8K. Allí me descolgué un poco, pero sabía que tocaba dosificar en los últimos metros de ascensión para poder correr a buen ritmo el kilómetro final.

Por el crono ya iba viendo km tras km que la prueba sería corta, y así fue, tras mantener un buen ritmo durante la parte final, llegué a meta con algo más de 9,75km en el GPS y un crono de 44’19” totalmente inesperado y que creo que no hubiese logrado de no ser por la compañía de Álex en un buen tramo de la prueba y la competitividad innata de que la prueba puntuase para la Liga interna con compañeros Vigías pisándome los talones J. Había llegado el sexto!
Tras recuperar el aliento, me quedé en meta saludando a los compañeros de equipo que iban llegando hasta que poco después de la 1h5min llegaron Ester y Sonia juntas a meta. El tiempo me sorprendió bastante, ya que Ester está muy lejos de su mejor forma y la prueba no ayudaba demasiado, sin embargo se quedó bastante cerca de su MMP… quizás algo tuvieron que ver su zapatillas nuevas.

Tan pronto llegó, corriendo a por nuestro bocadillo de butifarra y chocolate con Magdalenas. Una mañana ideal y que me deja buen recuerdo de esta carrera que, aunque sencilla y con algunos errores de organización (sobre todo en el trazado), tiene su encanto.
Ahora toca seguir el plan de entrenamiento a apenas 1 mes de la maratón… Las sensaciones son cada vez mejores aunque lejos de ser ideales, pero lo que más me preocupa es el dolor de la rodilla después de cada carrera, y hoy no es una excepción L.

lunes, 20 de enero de 2014

Polinyà bajo la lluvia - El Retorno

La historia se repetía y, al igual que el año pasado, disfrutaríamos de una cursa de Polinyà pasada por agua. Me encantan las pruebas por montaña con lluvia, son mucho más divertidas si cabe y le dan un encanto especial… aunque quizás sea una visión muy particular con la que la mayoría no esté de acuerdo.
A las 10 de la mañana, mi cuñado Sergio pasó a buscarme por casa para ir al punto de encuentro con el resto de la familia Running Vigía que también participarían. Era la primera carrera desde que me inscribí en el club pero me sentí muy bien acogido desde el inicio por todos los miembros que asistieron (incluidos mis cuñados Sonia y Marco).
En cuanto llegamos a Polinyà y recogimos los dorsales, comenzó a llover y ya no pararía hasta acabar la carrera. Aun y así, el ambiente era muy bueno y el número de corredores era sensiblemente superior al año anterior. Una vez finalizadas las pruebas infantiles, nos ubicamos en la línea de salida, demasiado delante para mi gusto pero al ir en grupo respeté la decisión de la mayoría.
 
Mi objetivo para la cursa era ver como estaba con respecto a mi tiempo del año pasado para tener una idea de cómo llevo el planning para la maratón, así que desde la salida hice mi carrera en solitario. Poco después del inicio me di cuenta que no cumpliría el objetivo ya que el recorrido no tenía nada que ver con el de las ediciones anteriores, con lo que se trataba de hacerlo lo mejor posible y punto.
 
El tramo inicial por asfalto unido a la posición avanzada de salida hizo que cubriese el 1K en un 4’17” que era una locura con lo que tenía por delante y mi forma actual. Había que reservar fuerzas o sufriría mucho mucho. Poco después abandonaríamos ya el segmento urbano para entrar en los caminos de montaña que todos esperábamos.
 
Aunque se hacía algo duro, era consciente de que muchos de los corredores que tenía detrás me tenían que ir adelantando porqué mi salida había estado por encima de mis posibilidades, así que no me obsesioné y marqué mi ritmo adelantando únicamente a algunos corredores que se habían presentado con zapatillas de asfalto y se hundían y resbalaban cada vez que se encontraban con terrenos un poco complicados. Como si no fuese suficiente, los pobres eran recriminados por muchos otros que les intentaban superar por tramos estrechos donde era complicado… al menos creo que habrán aprendido la lección de que con una Noosa no se puede hacer una carrera de montaña y además con lluvia.
 
A diferencia del año pasado donde se alternaban fuertes descensos con duras subidas, el recorrido de este año ser podía definir como una subida bastante constante hasta el 7K que iba cargando poco a poco las piernas dando pocos descansos donde recuperar. Con el ritmo de crucero que me había fijado pude aguantarlo bastante bien aunque no sin sufrirlo como es de ley cuando te esfuerzas, pero poco después del 7K llegamos a un tramo que conocía y sabía que llegaba ya la bajada.
 
El inicio del tramo de bajada fue una auténtica locura! Los primeros 100 metros consistían en una pendiente pronuncia de barro que resbalaba a muerte. Durante un momento me sentí dentro de una prueba de Humor Amarillo donde los chinos no dejaban de patinar y estaban a punto de romperse la crisma. Tras pasar esta prueba, venía un terreno mucho más cómodo donde pude subir mucho el ritmo y hacer algunos parciales de 4’30”/km.
Justo antes del 9K nos sacaron del camino hacia una trialera que bajaba en picado bosque a través. En cuanto tomé el desvío, comenzó a diluviar. Bajé bastante rápido (para lo que acostumbro) disfrutando mucho del tramo hasta entrar en el casco urbano de nuevo donde esperaba un último esfuerzo de subida antes de llegar a meta, totalmente empapado con un crono de 49’48”.
 
 

 


Después de llegar, recogí mi trofeo: un buenísimo bocadillo de butifarra que disfruté junto al resto de la pandilla Vigía.
Como conclusión, otra edición de Polinyà que reafirma mi predilección por esta carrera y todo lo que la rodea y, a nivel personal, buenas sensaciones en general aunque me veo lejos todavía de la forma adecuada para afrontar la maratón con garantías. A entrenar!
 

jueves, 2 de enero de 2014

Con un par de Nassos 2013

Aunque los 46’24” de esta edición de Nassos no pasarán a la historia entre mis mejores marcas en un 10K, son una gran noticia para cerrar este 2013 tan importante para mí en todos los aspectos. Este crono refleja que, aunque lejos de una forma óptima y sin las rodillas al 100%, puedo volver a correr y estoy mejorando día a día otra vez. Lejos van quedando esos días de hace pocos meses donde temí que nunca más podría volver a correr, y espero que pronto estén olvidados.
 
Poco después de las 16:45 llegaba a la zona de aparcamientos de la playa. Menos mal que llegué relativamente pronto, porqué poco después ya no había ni un hueco donde dejar el coche… más de 11000 corredores en una carrera es lo que tiene.
 
Como ya es habitual, mucha gente conocida participaba pero por una razón u otra casi nunca consigo coincidir con nadie L. En esta ocasión pude compartir los minutos previos con mis cuñados Vigias (Sonia y Marco) y apenas 2 minutos antes de la salida conseguí ver a mi hermana para que me guardase móvil y llaves del coche. Salvado por la campana.
 
 
 
En mi cajón amarillo ya estaba completamente solo rodeado de gente. Aproveché para hacer algunos estiramientos, calentar un poco las piernas y encender mi MP3 después de muchas carreras sin utilizarlo. La verdad es que desde que comencé con la montaña echo menos en falta correr con música, pero esta vez quería motivación para las largas rectas de asfalto que tanto cansan mentalmente.
 
Mientras daban la salida volví a repasar mi objetivo mentalmente: tocaba lo que en las academias de idiomas se llama Test de Nivel. Necesitaba saber dónde estaba realmente después de tanto tiempo sin competir y tras 4 semanas del comienzo del plan de entrenamiento para la maratón. Sospechaba que podía sobre los 47’, pero era una mera intuición que faltaba confirmar, con lo que saldría marcando un ritmo entre 4’35”-4’45” para ir notando sensaciones…
 
Pistoletazo de salida! Partía del último cajón de la primera salida (sub46), con lo que tenía idea de salir cómodo en las últimas posiciones ya que no pretendía molestar… pero el incivismo generalizado que reina en todas las pruebas que transcurren en Barcelona no tiene fin… Cuál fue mi sorpresa cuando saliendo a un ritmo no demasiado exigente me encontraba con gente trotando y en grupos delante de mí, obviamente con dorsales correspondientes a cajones posteriores o incluso sin ellos. Es realmente lamentable y que me molesta mucho. Burros!!! (ya me he quedado más tranquilo).
 
A pesar de los pesares, cubro el 1K en 4’17”. Demasiado rápido, pero no le di más vueltas y aflojé un poco. Después de la famosa rampa donde un montón de gente recorta un huevo de metros campo a través, llegaba al 2K con un parcial de 4’33”. Me sentía bien, pero entonces me encontré con un Vigia y nos pusimos a hablar… y en apenas 300 metros ya no me sentía tan bien… todavía no estoy para correr a 4’30” y mantener una charla distendida. Le invité a seguir sin mí y volví a recuperar un ritmo sostenible, en silencio. El 3K y el 4K cayeron en 4’35” aprox, pero no me encontraba muy sobrado de fuerzas y bajé algo el ritmo para mantener fuerzas para el final.
 
Poco después de pasar el 5K en un discreto 4’47” que me sirvió para recuperar algo de reservas, llegaba el avituallamiento donde invertí algunos segundos en hidratarme bien para afrontar la segunda mitad. El 6K siempre ha sido algo lento con el tramo de subida del avituallamiento y el tiempo que se dedica y no me preocupó demasiado el 4’41” que me marcó el parcial. Ahora estaba listo para afrontar los 4k que quedaban en condiciones.
 
A pesar de los pequeños tramos de subida y bajada hasta enfilar la Diagonal, el 7K y el 8K no fueron malos y me presenté en los últimos 2K con fuerza y un tiempo de los más optimistas que pensaba. La única lástima es que el Garmin me marcaba unos 150metros más de prueba que los hitos de la carrera, debidos a los continuos zig-zags de los primeros kms.
 
El tramo final de Nassos es para mí lo más especial de esta carrera, se une la suave bajada que te permite exprimir las fuerzas que te quedan para hacer los mejores parciales, la gente animando y los niños chocando la mano. Si vas justo de fuerzas lo sufres porqué parece que no se acaba y cuando giras a Selva de Mar todavía queda una larga recta a meta, pero si tienes fuerzas los disfrutas mucho porqué vuelas. Yo no iba muy sobrado, pero tenía fuerzas y los completé en menos de 4’30”/km y llegando a meta muy satisfecho de lo conseguido.
 
Al ver la clasificación de Championchip por la noche me sorprendió bastante que, por segunda vez en todas mis carreras, había clavado el tiempo de las dos mitades de la carrera con 23’12” cada una. Lo cual es para mí una señal de haber completado una carrera muy buena, ya que acostumbro a poner más fuerza al principio y llegar más justo al final.
 
Sin duda lo peor fue el frío que pasé tras acabar la carrera mientras esperaba con mi hermana la llegada de mi cuñado Sergio. Al final, Marco hizo poco más de 50’ y Sergio y Sonia estuvieron algo por encima de la hora pero tomándoselo con calma.
 
La conclusión del test de nivel es que el alumno progresa satisfactoriamente… aunque tiene que seguir poniéndose las pilas si quiere superar lo que se le viene encima. A entrenar!