lunes, 3 de junio de 2013

Endimoniada 2013 - Entre el cielo y el infierno

Muy pocas veces he cruzado el arco de meta tan vacío como en esta ocasión. Sólo pisar la alfombra de medición, busqué un espacio libre en los jardines del paseo marítimo y, tras quitarme el frontal y la gorra que me estaban matando, me dejé morir tumbado sobre la hierba. No había sido para menos, después de un esfuerzo tan titánico para mí, no sabía bien si la Endimoniada me estaba haciendo arder en las brasas del infierno o me había ganado las llaves de las puertas del cielo... Pero por como me sentía, no había dudas de que la primera opción tenía todos los números. Por suerte para mí, unos minutos después, Alberto llegó en mi ayuda y consiguió una botella de agua (supongo que bendita), que me hizo resucitar y volver al terreno de los mortales. Te debo una!

Unas 3 horas antes, me encontré en el mismo lugar con los tres miembros de Espadenya runners con los que compartiría la experiencia: David y Alberto, dos de los espartanos que me acompañaron en la Maratón de este año, y EduF con quien compartí el entrenamiento de Endimoniada a principios de Mayo, donde descubrimos que nos habíamos metido en una buena... Después de recoger dorsales, cambiarnos y equiparnos del frontal que necesitaríamos poco después, nos fuimos a la línea de salida, listos para comenzar a las 21:30.
 
La salida fue bastante rápida teniendo en cuenta lo que nos esperaba, pero no había que saber mucho para darse cuenta mientras esperabas el comienzo que la calidad de muchos de los corredores era muy alta... Pero es que sin duda, esta es una prueba que exige un mínimo de preparación en comparación con las populares que participo habitualmente.

Desde prácticamente el mismo inicio, la prueba comenzó a mostrar su perfil, teníamos que subir de 0 a 450 metros en unos 8k, por lo que no había tiempo que perder. Comenzamos ascendiendo por las asfaltadas pendientes de Dalt de la Vila, después por la Riera de Pomar hasta llegar a la B-20 donde Badalona deja de ser zona urbana para dejar paso a la zona forestal. Habíamos cubierto los primeros 3k con unos parciales bastante parecido de 5'20"-5'30", pero al pie de la subida a la Cruz de Montigalà, David y Edu ya se habían quedado algo rezagados y continuarían a su ritmo.

La primera ascensión no era demasiado larga pero, ya en camino de piedras, tenías unas pendientes bastante exigentes en algunos tramos. Todavía con muchas fuerzas en las piernas y con el frontal apagado, apreté un poco por el estrecho sendero adelantando a algunos corredores saltando por los matorrales. Al llegar a la cruz pude ver que Alberto había cedido un poco, pero todavía estaba muy cerca y confiaba en que se volviese a unir en la bajada siguiente. Sin embargo, la masificación que había todavía a estas alturas de carrera hizo que el descenso por trialera en fila de a uno fuese muy lento, incluso para mí, con lo que me tocaba seguir solo.
La falta de luz artificial unida a que ya eran las 22:00, nos obligó a encender nuestros frontales justo cuando iniciábamos el ascenso de 4k sin descanso que teníamos por delante, con lo que un sinuoso sendero luminoso se presentó frente mí como una autopista hacia el cielo :). Ahora tocaba, elegir un ritmo de subida soportable y aguantar, la subida era larga pero podía ser convertirse en infinita si no se medían bien las fuerzas o pecaba de optimista.
Me costó un poco adaptarme a la iluminación de los frontales, pero conforme las pupilas se acostumbraron, me encontré bien de piernas y fui adelantando a algunos corredores que me facilitaban el paso cuando veían que se acercaba el rayo de luz de mi frontal. Llegamos al 5K, el crono no era importante, y solo me centré en superar el curioso tramo de subida que se presentaba a continuación, donde en camino dejaba paso a un ascenso por escalones creados por las raíces de los árboles que rodeaban ambos lados del camino. Un paraje muy bonito, pero realmente duro por la necesidad de ir brincando de raiz en raiz junto con el esfuerzo ya acumulado. Por suerte, poco después de este tramo, llegó el primer avituallamiento, donde aproveché para hidratarme bien y dedicar 30seg a recuperar un poco de aliento. Lo iba a necesitar.
Retomé el ritmo para afrontar la parte más exigente del recorrido, los dos kilómetros que separaban el avituallamiento de la Vallençana de la cima de la Coscollada de l'Amigó a 452m. El primer kilómetro se desarrollaba por una pista forestal bastante amplia rodeada por árboles a ambos lados, con lo que la oscuridad y la dispersión de corredores a estas alturas, ya te hacía sentir bastante solo y luchando contra tus propios límites... pero todavía quedaban fuerzas y pude cubrirlo bastante bien hasta llegar al pie de la Coscollada donde algunos voluntarios nos ofrecían ánimos y naranja para recuperar algo de fuerzas para el kilómetro final de ascensión, el peor.
De repente, la vegetación dejó de formar parte del paisaje y el sendero luminoso resurgío frente a mí para mostrarme sin compasión la bestial rampa a superar antes de llegar al punto más alto de la prueba. Las pendientes eran muy exigentes en algunos tramos y me obligaron a dejar de correr para continuar haciendo algunos metros caminando con las manos empujando las rodillas. No valía la pena obsesionarse, y fui intercalando un modo y otro hasta llegar arriba.
Crucé la alfombra de control en la cima y pensé que era buen momento para darme un pequeño homenaje tomando la bebida y unos trozos de plátano mientras recuperaba el aliento, disfrutaba de las preciosas vistas nocturnas de Barcelona a nuestros pies, la fila de frontales que dibujaban el ascenso que acababa de realizar y me concienciaba para el siguiente episodio de la aventura.
Los siguientes 3-4k transcurrían por una zona de toboganes que comenzaban por una pista bastante ancha para ir estrechándose hasta convertirse en una trialera de descenso que hubiese sido bastante técnica y peligrosa de no ser porqué la inexperiencia de muchos de los que nos habíamos agrupado, convirtió esta parte de la prueba en una especie de conga a ritmo de trote cochinero que nos aseguraba una supervivencia que se hubiese visto amenazada asumiendo riesgos mayores. De vez en cuando, algún corredor con alma de cabra loca me adelantaba por los matorrales que rodeaban la trialera, pero pocos fueron los intrépidos. Gracias a este ritmo, también pude percatarme de la grata sorpresa de encontrarme a mis animadores personales en una de las curvas del descenso: allí estaban Óscar, Ester, Miriam, Jovacho y mi mami esperándome para apoyarme en el desafío! Me paré a saludarles a todos mientras Óscar me miraba con cara de susto, aunque no me demoré demasiado en volver a la carrera ya que casi me patean de nuevo al camino para que no perdiese tiempo. Muchas gracias a todos, sois los mejores!
Poco después del 12K pasé por el último control de tiempo antes de meta y que precedía al tramo que más temía, el descenso por el cortafuegos de las torres de alta tensión que no se podía considerar ni trialera, descrito por los organizadores (expertos de montaña) como MUY técnico. Sin embargo, aunque la cantidad de participantes de la conga había decrecido sensiblemente en las rampas de subida previas a este punto, el descenso fue bastante plácido, seguro y sobretodo lento. Tan lento fue, que al final del cortafuegos, un sombra apareció de entre los matorrales adelantándome como un jabalí en pleno ataque a su presa, era Alberto que no tenía suficiente con haberme recortado un montón de tiempo en la bajada utilizando un 'camino alternativo' sino que además había grabado todo el descenso con el móvil en la mano. Bestial! Lo animé y vi como volvía a desaparecer en la oscuridad. Aunque por desgracia para él, le quedaba poco de disfrutar de las bajadas que tanto le gustan.
´
Había perdido mucho tiempo en la bajada pero me había servido para recuperar fuerzas, con lo que en cuanto el camino volvió a volverse llano, apreté el ritmo y me volví a unir a Alberto. Tenía intención de hacer buenos parciales en los 4k que nos quedaban por delante, pero entonces tropecé con una rama que me obligó a hacer un mal gesto para no estamparme contra el suelo y me hice bastante daño en la rodilla izquierda (además de que los dos gemelos se me subieron a la nuca). Intenté reponerme como pude y conseguí corriendo, los gemelos volvieron a su sitio pero la rodilla me estaba matando... no podía parar o sabía que me sería posible volver a arrancar y quedaba mucho para meta como para pasear. Aún y como este problema imprevisto, el ritmo fue bastante bueno y Alberto se volvió a descolgar por motivos varios, ya no lo volvería ver hasta meta.
Justo cuando salimos del camino para volver a la civilización, la larga y solitaria recta por el lateral de autopista que apareció frente a mí me dejó en una situación crítica: la rodilla no me dejaba correr bien, pero es que además el esfuerzo ya pasaba factura de verdad. Conseguí superar varios amagos de parar y llegué a los 2K finales.
Estoy seguro de que cuando en una carrera la gente te anima a seguir, es como si te transmitieran una pequeña parte de su energía y, sin ninguna duda, pude comprobarlo al entrar a Dalt de la Vila donde la gente de agrupaba a ambos lados de la calle para aplaudirnos y darnos ánimos. Mi ligera cojera unida a la cara de destrozado que llevaría supongo que enterneció a la gente, porqué tanto en ese tramo como en los siguientes por el ayuntamiento, carrer del Mar y la recta final del paseo marítimo, el público animó como no recuerdo en ninguna otra carrera. Tras chocar la mano de todos los niños que pude, crucé la línea de meta realmente orgulloso, alegre y destrozado en 1h51' exacto.
Alberto llegó unos 3 minutos después, pero teniendo en cuenta el reportaje fotográfico y el tapón que le formamos en el descenso, estoy seguro de que podría haber hecho un crono mucho mejor. David y Edu llegaron algo después de las 2h, pero sin duda en una prueba como esta, el mérito de acabar ya es suficiente. Así que, felicidades a todos!
Como primera participación esta prueba, la verdad es que me ha parecido una maravilla y una experiencia incomparable al resto de carreras que he hecho. Desde luego se trata de una cursa con alma propia, que espero que siga manteniéndose así durante muchos años tanto por la organización como por los voluntarios que se han merecido un 10 en todo. Solo espero que la demanda en la participación (las inscripciones duraron 1 día) no haga pensar en aumentar el número de participantes en posteriores ediciones, ya que los 450 de la actual creo que ya están al límite de lo que la prueba puede absorver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario