lunes, 9 de junio de 2014

Divertísimo Epic-3 de Junio

Aunque ya hace algunos meses que ando liado con el mundillo del triatlón, sobretodo con conseguir aprender a nadar un poco, no puedo dejar de lado mi perfil runner y el plan que tenía previsto para este fin de semana tengo que confesar que ha rondado la locura.
 
El sábado por la noche llegó una de las citas más esperadas de mi calendario, L'Endimoniada! 18km de montaña nocturna de pura diversión para quien le gusta correr por la montaña y ascendiendo hasta el símbolo de mi club de running, el Vigía de la Coscollada a 450metros.
 
En la cursa participaba junto con muchos de los compañeros de mi club y con Fran, lo cual siempre hace la prueba más divertida. Óscar y Ester también habían venido a animar, aunque en esta ocasión se quedarían en el punto de salida y llegada.
 
Poco después de la salida, en cuanto comenzaron las rampas del torrente de Pomar, el grupo se fue estirando y me quedé solo para el resto de la ascensión, que no era poco. Subimos a la Creu de Montigalá, después hasta la Vallençana y al final hasta el alto de la Coscollada, casi 9K de subida intercalando tramos suaves y otros realmente exigentes... Como me gusta subir! Todavía no tengo muy claro el por qué, pero la verdad es que disfruto mucho y, aunque sufro, siempre me quedo con ganas de volver a aquellas carreras donde la exigencia del ascenso es más grande... bajar ya es otra cosa.
 
Aunque no había tomado referencias de mi tiempo en la edición anterior, cuando hice cumbre sabía que había subido mucho más rápido en esta ocasión. Ahora tocaba el descenso y, a regañadientes encendí el frontal y comencé a dejarme caer por la fuerte pendiente que acababa de coronar. Enseguida entramos en corriols con algunas piedras, después pista ancha para después volver a trialeras, donde justo los que me precedían no tenían frontal y tentaban a la suerte en cada paso, realentizando también el mío. Aunque la verdad es que esto último no me importaba demasiado.
 
Tras un último tramo de subida que se me atragantó un poco, llegaba la bajada más técnica por el cortafuegos de una torre de alta tensión, donde tuve la mala suerte de tener delante a una de las primeras chicas que bajó realmente lenta. Por no molestarla en su buena posición y también debido a mi falta de agilidad en esta disciplina, perdí bastante tiempo aunque también me sirvió para reponer fuerzas.
 
Una vez llegado abajo, quedaban unos 5K para meta, tuve un amago de calambre en los gemelos y me paré unos segundos a estirar bien. El fantasma de lo que sufrí en esos últimos kms el año pasado volvió a mi cabeza, pero la experiencia es un grado y decidí dosificar.
 
Los siguientes kms transcurrieron reservando fuerzas e hidratándome bien en los avituallamientos, tanto que llegué al último km con bastante energía para el esfuerzo realizado. Sin embargo, al ver el alucinante tiempo que marcaba mi crono decidí darme un homenaje y no llegar fundido a meta esta vez. Al girar al paseo marítimo donde se encontraba la línea de meta, Ester, Óscar e Iván junto con los grandes Running Vigía me dieron el último empujón para llegar levitando hasta el arco de meta. 1h44' y pico... 7 minutos mejor que el año pasado! Increíble!
 
A las 2am conseguí acostarme y relajarme después de una noche tan feliz, pero a las 8am ya estaba en pie para cumplir con una palabra. Me tocaba acompañar a mi amigo Carlos a hacer los 10K de la cursa de La Maquinista.
 
A las 9am se dio la salida, aunque no estaba previsto, tuve la suerte de reencontrarme con Darío y con Clau después de algún tiempo, lo cual siempre te alegra la mañana. Ánimo Darío con tu lesión!
 
Carlos llevaba tiempo sin entrenar, pero animado por el desayuno prometido de después, echó coraje y comenzamos a rodar sin ritmo fijo con una cadencia que permitiese sobrevivir a una mañana de calor bastante sofocante.
 
Me sorprendió el radical decremento de participantes en esta carrera desde la edición anterior y que después pude comprobar que ha sido de la mitad (2000participantes en la 10K en 2013 por 1000 en 2014) y, aunque este año variaron el recorrido para sacarlo del polígono y meterlo en la ciudad (un acierto bajo mi punto de vista), está claro que algo han hecho mal.
 
En cuanto a la carrera, me divertí bastante animando a Carlos a no desfallecer y conseguir finalmente superar el reto en algo más de 1h10'. Pero también me lo pasé muy bien disfrutando de un segmento de la carrera donde los corredores interactuan más entre ellos, animándose y dialogando mientras intentan que los kms no se hagan interminables. Muy divertido!

 
Al acabar, como se había firmado en el contrato inicial, nos fuimos a desayunar disfrutando de la terracita de las piscinas de Torribera.
 
Y llegó el lunes, festivo para nosotros, tercer día sin trabajar y tercera carrera: en esta ocasión eran solo 5K para la cursa de las fiestas de Trinitat Vella. Una prueba de barrio, organizada con pocos recursos pero con muy buena voluntad... además, aunque el número de participantes no es muy elevado (puede rondar los 100-120), había una representación de un nivel más que aceptable.
 
La salida, como es tradición, se realiza en una pendiente de subida del parque de la Trinitat Vella. Yo esta vez corría solo y, aunque iba algo cargado de piernas ya, quería hacerlo bien y me puse en segunda línea después de los 'pros'.
 
En cuando la prueba comenzó, los primeros alargaron el grupo, yo me quedé en un segundo segmento, más o menos entre los 20-30 primeros. Pero no tenía ninguna intención de forzar y me asenté en un ritmo bueno para mí. A pesar de que la distancia no era nada inquietante, el perfil de la carrera es muy toboganero y te exprime a cada manzana intercalando subidas y bajadas continuas, de modo que si no conoces la carrera es posible que se te quemen los fusibles a pesar de ser corta. Eso le pasó a algunos de los primeros corredores que me fuí encontrando tirados en el suelo recuperando el aliento.

 
Al final, vuelta al parque de la Trinitat para completar los 5,4kms de sube y bajas en algo más de 23' y firmar un Epic-3 inesperado (ya que hace una semana no tenía previsto correr las tres) pero super divertido.
 
Ahora a volverse a poner el chip de Triatlón y darle caña a la piscina y a la bicicleta... mi rodilla me lo va a agradecer. A entrenar!!!

domingo, 27 de abril de 2014

Mi debut como triatleta, Blanes 2014

Durante toda la semana me pregunté por qué me había precipitado en apuntarme. Apenas había hecho un par de salidas de 20kms con la bici en los últimos años y mi técnica de natación está muy verde en piscina y mucho más con el neopreno en aguas abiertas. Pero ya no había marcha atrás, era la hora de estrenarse en mi nuevo reto,  primera triatlón, la sprint de Blanes.

El día de antes de la prueba, nervioso por la novedad, me puse a preparar todos los bártulos necesarios: bicicleta, portabicis en el coche, casco, gafas, zapatillas para el pedal automático, zapatillas para correr, bañador, camiseta, neopreno, gafas de natación, cinta de velcro para llevar el chip en el tobillo, chip amarillo, garmin y portadorsal.
El gorro de natación me lo darían al recoger el dorsal, pero cogí uno también porqué en la mochila me sobraba una esquinita.

Sin duda, parte del estrés de un triatlón consiste en no dejarte nada en casa... La otra gran parte se sufre cuando llegas al lugar, dos horas antes del inicio, y has de seguir todo el protocolo para dejar todo el material en la zona de transición. Todo esto hizo que cuando realmente íbamos a comenzar a competir, tuviese la impresión de que ya estaba todo hecho y los nervios hubiesen desaparecido.

Ester y Óscar se habían pegado también el madrugón para acompañarme en mi debut, animarme y disfrutar de una mañana de playa. Una vez en Blanes, nos encontramos con mi equipo Vigía, que me ayudaron con todas mis dudas de novato y con Fran que debutaba también en esta historia.

Una hora antes de comenzar, nos sentamos en la playa para ver parte de la prueba de los participantes de la primera ola, después nos cambiamos, nos embutimos en los neoprenos y a probar el agua: Que fría!
Pero eso no sería un problema. Salimos y nos dirigimos al arco de salida. Últimas fotos, nos deseamos suerte y cada uno se ubica en las posiciones del pelotón en función de sus expectativas, yo al final de todo junto con un grupo en que nos mirábamos como diciendo 'es que yo lo de nadar...'.

Tras una corta espera que aproveché para saludar a Ester y Óscar en la arena, sonó la bocina que indicaba la salida. Todos como locos al agua a excepción del grupo de novatos que nos miramos como diciendo 'tú primero'. No tenía ninguna intención de pelearme por un trozo de agua, así que esperé hasta que la cosa se calmó y me lancé. El principio de la natación se me hizo muy incómodo, no nadaba fluido y solo veía a otros nadadores adelantándome por todos lados. Me costó bastante llegar a la primera boya que era la hipotenusa del triángulo que dibujaba el recorrido. Al acercarme a la boya describí un buen arco para evitar chocar con nadie. El siguiente tramo hasta la segunda boya fue cada vez un poquito mejor, tenía más espacio y pude centrarme en corregir mi horrorosa técnica. Al girar en la boya, solo quedaba volver a la orilla, coincidí con un nadador en paralelo y mezclando el espíritu de competición y las buenas sensaciones que tenía, conseguí mantenerle el ritmo y llegar a la orilla por delante. En cuanto toqué la arena con el brazo, brinqué del agua y ya estaba corriendo por la arena mientras saludaba a Ester y me quitaba el neopreno. Fue una gran sorpresa ver lo bien que salí del agua, sin marearme!

Llegué a mi primera transición concentrado en no caer al quitarme el neopreno, prueba superada... aunque el resto de la transición no fue tan memorable: me pongo el casco, las gafas... no! me falta la camiseta! casco fuera, gafas al suelo... calma! camiseta, mierda! no me baja! no baja! no baja! bueno, me pongo el casco, gafas, calcetines, zapatillas y la camiseta como una torera! Después de un largo minuto intentándolo y dando la nota, me rindo y se lo pido a un chico de la organización que se me queda mirando con cara de flipado, pero me ayuda: listo para la bici!

Las tres vueltas del recorrido en bici fueron bastante divertidas, mucho sube y baja, rotondas y cruzándome constantemente con Vigías, Menudos cracks, volaban! La única lástima es que no pude unirme a ningún pelotón para recuperar fuerzas y conseguir ir algo más rápido. Para acabar de arreglarlo, la bicicleta tampoco respondió demasiado bien y tuve algunos problemillas técnicos, pero de todas formas me encantaron las sensaciones.
Al dejar los trastos de ciclismo y calzarme las zapatillas de Running ya solo quedaba el último esfuerzo y además el más sencillo para mí'. Disfruté de los 5k saludando a vigías y familia cada vez que me cruzaba con ellos, pero corriendo a muy bien ritmo y adelantando posiciones... Me sentía genial! En el último kilómetro tenía fuerzas infinitas para haber hecho un tiempazo, pero un amago de rampa en los ísquios me hizo pensármelo mejor. Para acabar de ponerle la guinda al pastel, al entrar en meta me encontré con el aplauso y felicitación de todo mi equipo, de Fran y como no de mis incondicionales Ester y Óscar.

Al final el 404 de la general con 17’17” en natación, 49’32” en ciclismo + transiciones y 21’41” en running para un total de 1h28’30” que no tengo que mejoraré y mucho en las próximas pruebas.





En conclusión, muy contento con la nueva experiencia en todos los sentidos pero ansioso por mejorar en cada uno de los segmentos cada día. La segunda triatlón ya tiene fecha: 1 de Junio, Mataró. Cuánto seré capaz de mejorar en 1 mes? A entrenar!

lunes, 24 de marzo de 2014

Maratón al sol

Estar junto al cartel del 42K dos horas antes del comienzo de la maratón viendo como el día comienza, te causa una sensación especial. Piensas en que la próxima vez que pases por allí, unas cuantas horas después, nada será igual y lo único que importa en ese momento es pactar con el cartel que pase lo que pase, ese instante llegará… porqué eso querrá decir que he vuelto a completar una Maratón, por segunda vez.
 
Conforme llegaba la hora de la salida, la temperatura aumentaba (iba a ser un hándicap seguro), la Plaça Espanya se iba llenando de corredores y mis compañeros de aventuras también hacían acto de presencia. Aunque en la foto de salida seríamos muchos, en carrera compartiría kms con Fran, quien ha entrenado conmigo muchos días aprovechando la hora de comer en el trabajo, y el incansable Jose que se había vuelto a ofrecer para acompañarme hasta después de la primera mitad de la prueba.
Tras apurar hasta el último segundo en los servicios, entramos en el cajón cuando los primeros corredores ya habían comenzado. No había problema, a nosotros todavía nos faltaban 10 minutos para cruzar la línea de salida entre la liebre de 3h45 y la de 4h. Nuestro objetivo era claro: 5’30” por km hasta el final, sin altibajos, reservando al principio para llegar con reservas al final, y poder completar el reto unos pocos minutos por debajo de las 4h.
 
Cruzamos la línea de salida entre serpentinas, encendimos nuestros relojes y mi segunda maratón ya estaba en curso. No estaba nervioso, solo expectante de ver como evolucionaba la carrera y como podía responder a lo que me pidiese… aunque por ahora, solo tocaba mantener el ritmo de forma cómoda y entrar en calor. La espalda me había dado problemas toda la semana y era mi mayor preocupación porqué los primeros kms sentía molestias que fueron menguando a posteori.
Poco después de 3K mi primera grata sorpresa, desde el lateral me gritaron, era Anna, mi jefa, que había madrugado para salir a animar. Detallazo sin duda que me dio ánimos ya desde el inicio.
Los kms fueron cayendo y cuando volvimos a pasar por Plaça Espanya en el 10K todo iba sobre el plan previsto, estábamos cómodos y marcando el ritmo como relojes suizos, así que el largo tramo hacia el norte de la ciudad continuó sin mayor complicaciones que animar a la gente a que animase.
Ahora tocaba el tramo de subida y bajada de Meridiana, tramo que esperaba con ganas para poder saludar a Ester e informarle que todo iba bien… A lo lejos vi los globos naranjas, era la señal, allí estaba! La gran sorpresa fue que no solo estaba ella sino que también estaba Óscar con la camiseta naranja de Vigia Kids y la cara pintaba animando! Desde luego, me animaron muchísimo y es una imagen que nunca olvidaré. Les dí un beso a los dos y reemprendí la marcha con más fuerza que nunca.
Cuando llegamos a la parte más alta de la Meridiana, Fran comenzó a sentirse un poco mal. Le animé a seguir, ahora tocaba el tramo de bajada y era una buena oportunidad para recuperar sensaciones. Cruzamos la línea de la Media Maratón en algo más de 1h57’, estaba bien y más teniendo en cuenta como me encontraba de bien, en cambio Fran no se acababa de recuperar con lo que poco después de 23K decidió aprovechar que su pareja estaba esperándole allí para parar y ver si mejoraba.
Me había quedado solo mucho antes de lo esperado y no me gustaba. A Jose hacía algunos kms que no lo veía, supongo que estaría conversando con algunos corredores conocidos y recién encontrados :). Pensé en positivo y me fui marcando hitos para que los casi 20k que me quedaban por delante no fuesen eternos: el primero era llegar al 26K donde una comitiva de los Vigías habían venido a animar. Sin problemas, llegué al punto de encuentro donde animaban como locos, qué grandes! Los saludé y comencé la subida de Diagonal hasta Glorias donde volví a encontrarme con mi afición naranja y de nuevo con Anna que había bajado también hasta Glorias… llegaba al 30K y los kms ya comenzaban a pesar pero me sentía muy entero, tanto que al llegar al final de Diagonal donde los Vigía volvían a esperarnos, incluso posé para alguna foto J.
El siguiente objetivo era llegar al avituallamiento del 32,5K donde me hidrataría a conciencia, me pondría música y estiraría brevemente los gemelos. Dicho y hecho, el calor empezaba a caer de lo lindo, me puse mi mp3 y retomé el ritmo. La parada me había sentado bien y me mantuve ritmo alegre hasta durante todo el paseo marítimo y hasta cruzar el 35K. Al girar hacia el carrer Pujades tocaba focalizar el próximo objetivo, Arc del Triomf donde volvería a encontrarme con Ester y Óscar. Poco antes de llegar al 36K comencé a notar una sensación de vacío creciente, era normal a estas alturas y después de haber soportado un calor sofocante los últimos 5K, pero no perdí el enfoque de mi objetivo. Crucé el arco y giré hacia Urquinaona pero todavía no veía los globos naranjas, seguí sufriendo ya el temido muro y justo en el 37K me encontré con las sonrisas de Ester y Óscar, era el momento de una parada técnica: unos besos, estiramientos, algo de aquarius y tras un minuto de descanso, retomar la marcha. Tardé poco en darme cuenta que las sensaciones no eran nada buenas, pero era el momento de apretar los dientes y aguantar los 5K finales.
El descenso de Plaça Catalunya a la Catedral no me sirvió de mucho y al recoger agua en el avituallamiento caminé unos segundos. Volví a retomar la marcha y agónicamente luché por cubrir la distancia hasta el 39K… Estaba en la misma situación que un año atrás! 39K y destrozado, aunque esta vez no había problemas musculares, solo agotamiento y mucho calor. Tocaba repensar la estrategia y lo tuve claro: primero, el crono no existe. Segundo, intentar cubrir cada km con unos metros de descanso en cada uno de ellos. Listo, ahora tocaba llegar al 40K.
Con un ritmo indeterminado, llegué a Paralelo y a lo lejos pude ver el 40K, aguanté hasta cruzar la alfombra y a caminar, recuperar el aliento, concienciarse en el siguiente y a correr de nuevo. Ya faltaba poco, pero la sensación de vacío no me permitía hacer más que aguantar el trote a ritmo triste. En el siguiente avituallamiento, cogí agua y powerade pero me obligué a no parar a hidratarme hasta cruzar el 41K.
Poco después del pactado descanso para beber y recuperar algo de fuerzas y a falta del último tramo de Paralel, un reflejo inconsciente me hizo mirar el reloj: 3h56’… No tuve tiempo de pensar antes de ver que había empezado a correr a un ritmo que hacía kms que no podía soportar, algo que escapaba a mi control sacó fuerzas de mi interior y me obligó a dar el último empujón para intentar bajar de las 4h. Si no lo intentaba, no me lo perdonaría! Pocos metros después, una sombra me atacó por la espalda, era mi cuñado Sergio que se había unido a mí en el tramo final para darme fuerzas. Le estoy muy agradecido, aunque el cansancio, el esfuerzo y el calor no me permitían decirle demasiado. También me avisó que mis padres, mi hermana y mi sobrino me esperaban en meta. Empujé todo lo que pude, pero al pasar por mi querido cartel del 42K vi que no sería posible… aun y así, continué hasta la línea de meta para lograr mi MMP de 4h33”, 8 minutos mejor que la del año pasado.
Fue una lástima no ser sub4h por tan poco, pero la verdad es que no tengo ningún reproche a mi carrera: mi paré a saludar a todos los que me vinieron a animar porqué se lo merecían y me llenaron de energía y corriendo me sentí muy bien hasta que el calor me quemó los circuitos. Es posible que en cualquier otro escenario hubiese sido sub 4h, pero desde luego me siento muy orgulloso de mi rendimiento. Quizás haya más ocasiones para superar este tiempo, pero no es algo que me obsesione.
Aunque ya lo he comentado en la crónica, mi más sincero agradecimiento a toda la gente que sacrificó una espléndida mañana de domingo en venir a animar a una panda de tarados entre los que me encuentro, y sobre todo a los míos que fueron sin duda los mejores! J
Desde hace unos meses ya tenía tomada esta decisión, pero una vez completado el reto de la Maratón, se hace oficial: desde YA empiezo con el Triatlón… Una nueva aventura que comienzo con mucha ilusión!!! A aprender y a entrenar!

viernes, 14 de marzo de 2014

Mitja Montornés con calma

Cuando entré en el pabellón de Montornés para recoger mi dorsal caí en la cuenta que no estaba nada inquieto por la carrera. Es posible que fuese la primera vez que me sentía así, siempre he tenido una inquietud en como me iría, si conseguiría mi objetivo, si superaría el reto... pero esta vez no, era como si no fuese a correrla.
Al volver al coche con mi dorsal y comenzar a disfrazarme de corredor, me percaté que había olvidado el GPS en casa. Al principio me mosqueó, pero después pensé que era ideal para hacer la carrera que quería, simplemente correr por sensaciones, sin fijarme en nada más. Además, últimamente tampoco llevo música con lo que no me dejaría llevar por nada más, genial!
Poco antes de comenzar me encontré con la familia Vigía, habíamos venido una buena tropa ya que era la tercera carrera de la Liga Interna y había que sumar puntos. Después de los saludos y comentar un poco el recorrido con mis cuñados Sonia y Sergio, que se estrenaban en la distancia, nos fuimos todos a la salida.
Pasó poco tiempo desde que nos ubicamos entre el resto de participantes y comenzó la carrera, pero solo empezar ya estaba corriendo solo... bueno solo, entre cientos de corredores... La mayor parte de la prueba fue así, cruzándome de vez en cuando con Vigías con los que cruzar ánimos. En todo momento me sentí muy bien y cómodo con la cadencia fijada, aunque la sensación de desconocer el ritmo era bastante extraña también era liberadora.
Cerca del final, comencé a sentir algo cargados los gemelos, pero no me impidió acabar con 2-3 kilómetros bastante rápidos hasta meta donde entré bastante fresco salvo por el tema comentado. También me sorprendió haber acabado en 1h45'43" que considero una media bastante aceptable teniendo en cuenta mis intenciones.

 
Como no, quiero felicitar a mis cuñados Sonia y Sergio que completaron muy dignamente su primera Media Maratón. Sois muy Grandes!
Tras acabar, mis conclusiones fueron que mi estado de forma es muy similar al del año pasado y solo espero que la experiencia acumulada en la Maratón anterior, me sirva para superar mi reto en la presente. La Maratón ya está aquí, a por ella!!!

miércoles, 26 de febrero de 2014

Maratest tras Marasemana

Con Óscar ingresado por una infección de orina y tras una semana bastante dura entre horas de hospital y viajes por trabajo, mi motivación para ir a correr los 30K de la Maratest estaban bajo mínimos. Aún y así, la insistencia de Ester y el ver que Óscar ya estaba muy animado me convencieron para al menos hacer acto de presencia y no tirar a la basura los 20€ de la inscripción.

Llegué bastante temprano al parking del Màgic Badalona, con lo que aparqué fácilmente y pude ir a desayunar tranquilamente antes de encontrarme con los Vigías y algunos compañeros de mi trabajo que también venían en la fase final de nuestra preparación para la maratón que se acerca de forma inminente. Tras los saludos y algunas fotos, hicimos algo de trote antes de comenzar: me encontraba muy cansado, pero obviamente fresco de piernas tras una semana prácticamente sin entrenamientos.

Sin demasiado tiempo para estirar y habiendo saludado a muchos corredores conocidos (lo cual es siempre una alegría), me dirigí a la salida junto con mi compañero de trabajo Fran que sería previsiblemente mi acompañante durante gran parte de la prueba ya que habíamos fijado un ritmo de 5’30”/km al menos hasta el 20K.

Se dio la salida poco después de las 9am y a pesar que la temperatura no era todavía alta, el sol y el cielo raso hacían presagiar que la segunda parte pasaríamos calor. La idea era salir tranquilos para en la segunda mitad de la carrera que cada uno impusiera su ritmo… en mi caso tenía claro que sería ritmo-supervivencia.

Los primeros kms fueron cayendo bastante cómodamente aunque el ritmo estaba más sobre los 5’15” que en lo marcado inicialmente, debido sobre todo a la marea de corredores que te lleva y a la predisposición de Fran a correr más de la cuenta (por eso lo llamo, el Potrillo J). Con esto, hicimos el primer 5K en 26’50” para llegar al paseo marítimo de Badalona.

Poco después comenzamos un tramo de doble sentido donde nos cruzábamos con los corredores que lideraban la prueba. Nos entretuvimos bastante animando a los Vigías y conocidos que íbamos viendo, y completamos los 10K iniciales en algo más de 53’.

De vuelta sobre nuestro pasos, volvimos a entrar en Badalona, esta vez para callejear por la zona centro antes de volver en dirección al Pabellón Olímpico desde donde habíamos salido inicialmente para completar la primera vuelta en 1h20’, con más de 2 minutos de adelanto sobre lo previsto. Comenté a Fran que era momento de dosificar un poco para guardar algo de cara al tramo final de la prueba y estuvo de acuerdo… sin embargo, llegamos al 20K con un parcial de 26’52” en el último 5K que seguía por encima de lo previsto… está claro que nos costaba fijar ritmo y yo tenía claro que me pasaría factura.

Poco después del avituallamiento del 20K, Fran necesitaba evacuar y me dijo que ahora me pillaba, ok! Continué un poco más despacio para esperarle, pero de repente me dio un apretón de campeonato!... necesitaba un lavabo urgente… miré a mi alrededor y vi un club náutico, sin pensarlo corrí hacia el interior sin mirar a los lados y entré por un pasillo lleno de vestuarios hasta que encontré el tesoro que buscaba. Qué alegría más grande!

Volví a la carrera habiendo perdido algunos minutos y algunos gramos de carga, pero con una cara de felicidad notable. Me faltaban 9K y en ese momento tenía claro que los podría superar relativamente bien… Sin embargo, una reacción inesperada me hizo consciente de que podía aumentar el ritmo, nada de 5’30”, haría los últimos 9K por debajo de 5’, y me sentía seguro de poder y disfrutando de cada metro que avanzaba. Además, el aumento de ritmo unido a los minutos perdidos en la parada técnica, me permitieron adelantar a muchos corredores, lo cual sin ser el propósito siempre te da un plus de energía.

Poco antes del 25K ya había enlazado algunos parciales por debajo de 4’50” y sin esperarlo, me encontré con Fran. Se había tomado el gel y la había sentado bastante mal teniendo que parar. Me animó a seguir mientras se recuperaba y seguí adelante.

Tras volver a entrar a Badalona, ya quedaba poco y seguí exprimiendo la máquina para no perder ritmo a pesar que las piernas ya empezaban a quejarse un poco. Quería ver todo lo que podía dar, pero también dedicarle a Óscar el esfuerzo.
 
 
Al final crucé la meta en 2’41’03” con la satisfacción de estar bastante por encima de mis expectativas iniciales, pero con los gemelos casi en la nuca. Tras saludar a algunos Vigías que esperaban en meta y ver como Fran llegaba sabiendo sufrir los últimos kilómetros, me marché de nuevo a Vall d’Hebrón para volver a estar con mi nene que me recibió con una gran sonrisa y un superabrazo. Sin duda el mejor premio del día.

A tres semanas de la maratón, es la primera vez que tengo buenas sensaciones en poder conseguir el reto. Ahora, con Óscar ya en casa, tengo que poner el resto para lograrlo. A entrenar!

lunes, 10 de febrero de 2014

Corre amb l'Apel·les y los Vigías

Aunque en Polinyà ya hice mi primera carrera como Running Vigía, esta podía considerarse mi debut oficial con el equipo: Corre amb l’Apel·les era mi primera prueba de la liga interna del club y además, aunque mi camiseta Vigía todavía está cocinándose, el presi Toni me consiguió una de alquiler para salir ya a defender los colores de la institución.

Aunque la carrera comenzaba a las 10am, poco después de las 9am ya estábamos en el instituto Apel·les recogiendo nuestros dorsales y la repleta bolsa del corredor. Ester se había animado a última hora a apuntarse y así estrenar sus nuevas zapatillas Adidas de montaña, aunque se tratase de una carrera por asfalto. También estaban mis cuñados Sonia y Marco, y junto a muchos más, formábamos la marea Vigía de más de 20 personas… creo que claramente el club con más representación en la carrera.

Tras la foto de familia, nos fuimos hacia la salida, donde cada uno se ubicó en las posiciones que creía más adecuadas a sus objetivos. Yo me puse con un pequeño grupito de Vigías en la parte central, aunque en principio iría solo y después de bastantes carreras me había puesto mi MP3 para que la música me acompañase.
 
Era la primera vez que participaba pero, aunque no conocía el recorrido, había estudiado la altimetría y era consciente de que no era para nada una carrera en llano sino más bien al contrario. Cada una de las dos vueltas tenía forma de U, con fuerte descenso en la primera parte y una subida contundente en la segunda. Y la altimetría no miente… Apenas unos metros después de la salida, giro a la derecha para callejear en suave descenso un par de manzanas y, de repente, una brutal pendiente en línea recta que ponía a prueba las rodillas solo comenzar. Como no podía ser de otra manera, a pesar de la multitud inicial y no salir demasiado acelerado, llegué al 1K en 4’ exactos.

En siguiente tramo transcurría por los caminos de tierra del parque de Can Boixeres, revirando continuamente por los diferentes senderos que a veces te hacían no saber muy bien cuál era el trazado correcto de la carrera. Aún y así, también era una parte rápida con la que llegué al 2K en 4’35” de parcial. A partir de aquí, tocaba recuperar el desnivel concedido. Justo cuando comenzaba el primer ascenso por un pequeño camino de tierra colindante al parque, Álex un compi de los Vigía llegó a mi altura, juntos superamos bastante bien este primer repecho, para llegar a un llano ya en asfalto donde estaba el hito del 3K. 5’09” de parcial, nada mal para lo superado! Pero poco tardamos en encontrarnos el siguiente obstáculo: otra subida, esta vez en asfalto, más larga que al anterior. La subimos a velocidad de crucero, pero yo solo pensaba en que tenía que dosificar bien para que en la segunda vuelta no me dejase KO. Así que llegamos al 4K con un parcial de 5’27” que reflejaba la exigencia del km.
En algunos giros podíamos ver los corredores que teníamos por delante y por detrás, con lo que involuntariamente tenías referencias de lo cerca o lejos que estaban los Vigías más cercanos. Supongo que por la novedad de competir en la Liga Interna del club, esto me motivaba a apretar para que por detrás no se acercasen demasiado… por delante los que había estaban a años luz de mi nivel con lo que tampoco había mucho que hacer.

Al llegar al avituallamiento y cruzar el 5K en 22’20” sabía que había forzado algo por encima de mi nivel, con lo que el primer tramo de bajada dosifiqué un poco para recuperar el aliento. Poco duró la calma porqué al volver a la gran rampa de bajada me tiré en picado alargando la zancada y volcando el cuerpo hacia adelante. Bajé muy rápido y superé a varios corredores que me sacaban 20-30 metros antes de la pendiente para completar el 6K en el punto más bajo en 4’11”.
A pesar de la aceleración, Álex volvió a enlazar rápidamente conmigo y entramos juntos en todo el tramo de virajes del parque. Poco después del 7K comenzó de nuevo el primer tramo de dura subida, me comencé a notar justito, pero me obligué a mí mismo no perder contacto con mi compi Vigía. Sufrí y aguanté, hasta el pequeño respiro que los llevaba al último repecho importante en el 8K. Allí me descolgué un poco, pero sabía que tocaba dosificar en los últimos metros de ascensión para poder correr a buen ritmo el kilómetro final.

Por el crono ya iba viendo km tras km que la prueba sería corta, y así fue, tras mantener un buen ritmo durante la parte final, llegué a meta con algo más de 9,75km en el GPS y un crono de 44’19” totalmente inesperado y que creo que no hubiese logrado de no ser por la compañía de Álex en un buen tramo de la prueba y la competitividad innata de que la prueba puntuase para la Liga interna con compañeros Vigías pisándome los talones J. Había llegado el sexto!
Tras recuperar el aliento, me quedé en meta saludando a los compañeros de equipo que iban llegando hasta que poco después de la 1h5min llegaron Ester y Sonia juntas a meta. El tiempo me sorprendió bastante, ya que Ester está muy lejos de su mejor forma y la prueba no ayudaba demasiado, sin embargo se quedó bastante cerca de su MMP… quizás algo tuvieron que ver su zapatillas nuevas.

Tan pronto llegó, corriendo a por nuestro bocadillo de butifarra y chocolate con Magdalenas. Una mañana ideal y que me deja buen recuerdo de esta carrera que, aunque sencilla y con algunos errores de organización (sobre todo en el trazado), tiene su encanto.
Ahora toca seguir el plan de entrenamiento a apenas 1 mes de la maratón… Las sensaciones son cada vez mejores aunque lejos de ser ideales, pero lo que más me preocupa es el dolor de la rodilla después de cada carrera, y hoy no es una excepción L.

lunes, 20 de enero de 2014

Polinyà bajo la lluvia - El Retorno

La historia se repetía y, al igual que el año pasado, disfrutaríamos de una cursa de Polinyà pasada por agua. Me encantan las pruebas por montaña con lluvia, son mucho más divertidas si cabe y le dan un encanto especial… aunque quizás sea una visión muy particular con la que la mayoría no esté de acuerdo.
A las 10 de la mañana, mi cuñado Sergio pasó a buscarme por casa para ir al punto de encuentro con el resto de la familia Running Vigía que también participarían. Era la primera carrera desde que me inscribí en el club pero me sentí muy bien acogido desde el inicio por todos los miembros que asistieron (incluidos mis cuñados Sonia y Marco).
En cuanto llegamos a Polinyà y recogimos los dorsales, comenzó a llover y ya no pararía hasta acabar la carrera. Aun y así, el ambiente era muy bueno y el número de corredores era sensiblemente superior al año anterior. Una vez finalizadas las pruebas infantiles, nos ubicamos en la línea de salida, demasiado delante para mi gusto pero al ir en grupo respeté la decisión de la mayoría.
 
Mi objetivo para la cursa era ver como estaba con respecto a mi tiempo del año pasado para tener una idea de cómo llevo el planning para la maratón, así que desde la salida hice mi carrera en solitario. Poco después del inicio me di cuenta que no cumpliría el objetivo ya que el recorrido no tenía nada que ver con el de las ediciones anteriores, con lo que se trataba de hacerlo lo mejor posible y punto.
 
El tramo inicial por asfalto unido a la posición avanzada de salida hizo que cubriese el 1K en un 4’17” que era una locura con lo que tenía por delante y mi forma actual. Había que reservar fuerzas o sufriría mucho mucho. Poco después abandonaríamos ya el segmento urbano para entrar en los caminos de montaña que todos esperábamos.
 
Aunque se hacía algo duro, era consciente de que muchos de los corredores que tenía detrás me tenían que ir adelantando porqué mi salida había estado por encima de mis posibilidades, así que no me obsesioné y marqué mi ritmo adelantando únicamente a algunos corredores que se habían presentado con zapatillas de asfalto y se hundían y resbalaban cada vez que se encontraban con terrenos un poco complicados. Como si no fuese suficiente, los pobres eran recriminados por muchos otros que les intentaban superar por tramos estrechos donde era complicado… al menos creo que habrán aprendido la lección de que con una Noosa no se puede hacer una carrera de montaña y además con lluvia.
 
A diferencia del año pasado donde se alternaban fuertes descensos con duras subidas, el recorrido de este año ser podía definir como una subida bastante constante hasta el 7K que iba cargando poco a poco las piernas dando pocos descansos donde recuperar. Con el ritmo de crucero que me había fijado pude aguantarlo bastante bien aunque no sin sufrirlo como es de ley cuando te esfuerzas, pero poco después del 7K llegamos a un tramo que conocía y sabía que llegaba ya la bajada.
 
El inicio del tramo de bajada fue una auténtica locura! Los primeros 100 metros consistían en una pendiente pronuncia de barro que resbalaba a muerte. Durante un momento me sentí dentro de una prueba de Humor Amarillo donde los chinos no dejaban de patinar y estaban a punto de romperse la crisma. Tras pasar esta prueba, venía un terreno mucho más cómodo donde pude subir mucho el ritmo y hacer algunos parciales de 4’30”/km.
Justo antes del 9K nos sacaron del camino hacia una trialera que bajaba en picado bosque a través. En cuanto tomé el desvío, comenzó a diluviar. Bajé bastante rápido (para lo que acostumbro) disfrutando mucho del tramo hasta entrar en el casco urbano de nuevo donde esperaba un último esfuerzo de subida antes de llegar a meta, totalmente empapado con un crono de 49’48”.
 
 

 


Después de llegar, recogí mi trofeo: un buenísimo bocadillo de butifarra que disfruté junto al resto de la pandilla Vigía.
Como conclusión, otra edición de Polinyà que reafirma mi predilección por esta carrera y todo lo que la rodea y, a nivel personal, buenas sensaciones en general aunque me veo lejos todavía de la forma adecuada para afrontar la maratón con garantías. A entrenar!
 

jueves, 2 de enero de 2014

Con un par de Nassos 2013

Aunque los 46’24” de esta edición de Nassos no pasarán a la historia entre mis mejores marcas en un 10K, son una gran noticia para cerrar este 2013 tan importante para mí en todos los aspectos. Este crono refleja que, aunque lejos de una forma óptima y sin las rodillas al 100%, puedo volver a correr y estoy mejorando día a día otra vez. Lejos van quedando esos días de hace pocos meses donde temí que nunca más podría volver a correr, y espero que pronto estén olvidados.
 
Poco después de las 16:45 llegaba a la zona de aparcamientos de la playa. Menos mal que llegué relativamente pronto, porqué poco después ya no había ni un hueco donde dejar el coche… más de 11000 corredores en una carrera es lo que tiene.
 
Como ya es habitual, mucha gente conocida participaba pero por una razón u otra casi nunca consigo coincidir con nadie L. En esta ocasión pude compartir los minutos previos con mis cuñados Vigias (Sonia y Marco) y apenas 2 minutos antes de la salida conseguí ver a mi hermana para que me guardase móvil y llaves del coche. Salvado por la campana.
 
 
 
En mi cajón amarillo ya estaba completamente solo rodeado de gente. Aproveché para hacer algunos estiramientos, calentar un poco las piernas y encender mi MP3 después de muchas carreras sin utilizarlo. La verdad es que desde que comencé con la montaña echo menos en falta correr con música, pero esta vez quería motivación para las largas rectas de asfalto que tanto cansan mentalmente.
 
Mientras daban la salida volví a repasar mi objetivo mentalmente: tocaba lo que en las academias de idiomas se llama Test de Nivel. Necesitaba saber dónde estaba realmente después de tanto tiempo sin competir y tras 4 semanas del comienzo del plan de entrenamiento para la maratón. Sospechaba que podía sobre los 47’, pero era una mera intuición que faltaba confirmar, con lo que saldría marcando un ritmo entre 4’35”-4’45” para ir notando sensaciones…
 
Pistoletazo de salida! Partía del último cajón de la primera salida (sub46), con lo que tenía idea de salir cómodo en las últimas posiciones ya que no pretendía molestar… pero el incivismo generalizado que reina en todas las pruebas que transcurren en Barcelona no tiene fin… Cuál fue mi sorpresa cuando saliendo a un ritmo no demasiado exigente me encontraba con gente trotando y en grupos delante de mí, obviamente con dorsales correspondientes a cajones posteriores o incluso sin ellos. Es realmente lamentable y que me molesta mucho. Burros!!! (ya me he quedado más tranquilo).
 
A pesar de los pesares, cubro el 1K en 4’17”. Demasiado rápido, pero no le di más vueltas y aflojé un poco. Después de la famosa rampa donde un montón de gente recorta un huevo de metros campo a través, llegaba al 2K con un parcial de 4’33”. Me sentía bien, pero entonces me encontré con un Vigia y nos pusimos a hablar… y en apenas 300 metros ya no me sentía tan bien… todavía no estoy para correr a 4’30” y mantener una charla distendida. Le invité a seguir sin mí y volví a recuperar un ritmo sostenible, en silencio. El 3K y el 4K cayeron en 4’35” aprox, pero no me encontraba muy sobrado de fuerzas y bajé algo el ritmo para mantener fuerzas para el final.
 
Poco después de pasar el 5K en un discreto 4’47” que me sirvió para recuperar algo de reservas, llegaba el avituallamiento donde invertí algunos segundos en hidratarme bien para afrontar la segunda mitad. El 6K siempre ha sido algo lento con el tramo de subida del avituallamiento y el tiempo que se dedica y no me preocupó demasiado el 4’41” que me marcó el parcial. Ahora estaba listo para afrontar los 4k que quedaban en condiciones.
 
A pesar de los pequeños tramos de subida y bajada hasta enfilar la Diagonal, el 7K y el 8K no fueron malos y me presenté en los últimos 2K con fuerza y un tiempo de los más optimistas que pensaba. La única lástima es que el Garmin me marcaba unos 150metros más de prueba que los hitos de la carrera, debidos a los continuos zig-zags de los primeros kms.
 
El tramo final de Nassos es para mí lo más especial de esta carrera, se une la suave bajada que te permite exprimir las fuerzas que te quedan para hacer los mejores parciales, la gente animando y los niños chocando la mano. Si vas justo de fuerzas lo sufres porqué parece que no se acaba y cuando giras a Selva de Mar todavía queda una larga recta a meta, pero si tienes fuerzas los disfrutas mucho porqué vuelas. Yo no iba muy sobrado, pero tenía fuerzas y los completé en menos de 4’30”/km y llegando a meta muy satisfecho de lo conseguido.
 
Al ver la clasificación de Championchip por la noche me sorprendió bastante que, por segunda vez en todas mis carreras, había clavado el tiempo de las dos mitades de la carrera con 23’12” cada una. Lo cual es para mí una señal de haber completado una carrera muy buena, ya que acostumbro a poner más fuerza al principio y llegar más justo al final.
 
Sin duda lo peor fue el frío que pasé tras acabar la carrera mientras esperaba con mi hermana la llegada de mi cuñado Sergio. Al final, Marco hizo poco más de 50’ y Sergio y Sonia estuvieron algo por encima de la hora pero tomándoselo con calma.
 
La conclusión del test de nivel es que el alumno progresa satisfactoriamente… aunque tiene que seguir poniéndose las pilas si quiere superar lo que se le viene encima. A entrenar!