Aunque ya hace algunos meses que ando liado con el mundillo del triatlón, sobretodo con conseguir aprender a nadar un poco, no puedo dejar de lado mi perfil runner y el plan que tenía previsto para este fin de semana tengo que confesar que ha rondado la locura.
El sábado por la noche llegó una de las citas más esperadas de mi calendario, L'Endimoniada! 18km de montaña nocturna de pura diversión para quien le gusta correr por la montaña y ascendiendo hasta el símbolo de mi club de running, el Vigía de la Coscollada a 450metros.
En la cursa participaba junto con muchos de los compañeros de mi club y con Fran, lo cual siempre hace la prueba más divertida. Óscar y Ester también habían venido a animar, aunque en esta ocasión se quedarían en el punto de salida y llegada.
Poco después de la salida, en cuanto comenzaron las rampas del torrente de Pomar, el grupo se fue estirando y me quedé solo para el resto de la ascensión, que no era poco. Subimos a la Creu de Montigalá, después hasta la Vallençana y al final hasta el alto de la Coscollada, casi 9K de subida intercalando tramos suaves y otros realmente exigentes... Como me gusta subir! Todavía no tengo muy claro el por qué, pero la verdad es que disfruto mucho y, aunque sufro, siempre me quedo con ganas de volver a aquellas carreras donde la exigencia del ascenso es más grande... bajar ya es otra cosa.
Aunque no había tomado referencias de mi tiempo en la edición anterior, cuando hice cumbre sabía que había subido mucho más rápido en esta ocasión. Ahora tocaba el descenso y, a regañadientes encendí el frontal y comencé a dejarme caer por la fuerte pendiente que acababa de coronar. Enseguida entramos en corriols con algunas piedras, después pista ancha para después volver a trialeras, donde justo los que me precedían no tenían frontal y tentaban a la suerte en cada paso, realentizando también el mío. Aunque la verdad es que esto último no me importaba demasiado.
Tras un último tramo de subida que se me atragantó un poco, llegaba la bajada más técnica por el cortafuegos de una torre de alta tensión, donde tuve la mala suerte de tener delante a una de las primeras chicas que bajó realmente lenta. Por no molestarla en su buena posición y también debido a mi falta de agilidad en esta disciplina, perdí bastante tiempo aunque también me sirvió para reponer fuerzas.
Una vez llegado abajo, quedaban unos 5K para meta, tuve un amago de calambre en los gemelos y me paré unos segundos a estirar bien. El fantasma de lo que sufrí en esos últimos kms el año pasado volvió a mi cabeza, pero la experiencia es un grado y decidí dosificar.
Los siguientes kms transcurrieron reservando fuerzas e hidratándome bien en los avituallamientos, tanto que llegué al último km con bastante energía para el esfuerzo realizado. Sin embargo, al ver el alucinante tiempo que marcaba mi crono decidí darme un homenaje y no llegar fundido a meta esta vez. Al girar al paseo marítimo donde se encontraba la línea de meta, Ester, Óscar e Iván junto con los grandes Running Vigía me dieron el último empujón para llegar levitando hasta el arco de meta. 1h44' y pico... 7 minutos mejor que el año pasado! Increíble!
A las 2am conseguí acostarme y relajarme después de una noche tan feliz, pero a las 8am ya estaba en pie para cumplir con una palabra. Me tocaba acompañar a mi amigo Carlos a hacer los 10K de la cursa de La Maquinista.
A las 9am se dio la salida, aunque no estaba previsto, tuve la suerte de reencontrarme con Darío y con Clau después de algún tiempo, lo cual siempre te alegra la mañana. Ánimo Darío con tu lesión!
Carlos llevaba tiempo sin entrenar, pero animado por el desayuno prometido de después, echó coraje y comenzamos a rodar sin ritmo fijo con una cadencia que permitiese sobrevivir a una mañana de calor bastante sofocante.
Me sorprendió el radical decremento de participantes en esta carrera desde la edición anterior y que después pude comprobar que ha sido de la mitad (2000participantes en la 10K en 2013 por 1000 en 2014) y, aunque este año variaron el recorrido para sacarlo del polígono y meterlo en la ciudad (un acierto bajo mi punto de vista), está claro que algo han hecho mal.
En cuanto a la carrera, me divertí bastante animando a Carlos a no desfallecer y conseguir finalmente superar el reto en algo más de 1h10'. Pero también me lo pasé muy bien disfrutando de un segmento de la carrera donde los corredores interactuan más entre ellos, animándose y dialogando mientras intentan que los kms no se hagan interminables. Muy divertido!
Al acabar, como se había firmado en el contrato inicial, nos fuimos a desayunar disfrutando de la terracita de las piscinas de Torribera.
Y llegó el lunes, festivo para nosotros, tercer día sin trabajar y tercera carrera: en esta ocasión eran solo 5K para la cursa de las fiestas de Trinitat Vella. Una prueba de barrio, organizada con pocos recursos pero con muy buena voluntad... además, aunque el número de participantes no es muy elevado (puede rondar los 100-120), había una representación de un nivel más que aceptable.
La salida, como es tradición, se realiza en una pendiente de subida del parque de la Trinitat Vella. Yo esta vez corría solo y, aunque iba algo cargado de piernas ya, quería hacerlo bien y me puse en segunda línea después de los 'pros'.
En cuando la prueba comenzó, los primeros alargaron el grupo, yo me quedé en un segundo segmento, más o menos entre los 20-30 primeros. Pero no tenía ninguna intención de forzar y me asenté en un ritmo bueno para mí. A pesar de que la distancia no era nada inquietante, el perfil de la carrera es muy toboganero y te exprime a cada manzana intercalando subidas y bajadas continuas, de modo que si no conoces la carrera es posible que se te quemen los fusibles a pesar de ser corta. Eso le pasó a algunos de los primeros corredores que me fuí encontrando tirados en el suelo recuperando el aliento.
Al final, vuelta al parque de la Trinitat para completar los 5,4kms de sube y bajas en algo más de 23' y firmar un Epic-3 inesperado (ya que hace una semana no tenía previsto correr las tres) pero super divertido.
Ahora a volverse a poner el chip de Triatlón y darle caña a la piscina y a la bicicleta... mi rodilla me lo va a agradecer. A entrenar!!!